Voy a empezar con una entrada
flashback, de mi último viaje a Barcelona... Como he dicho en la
entrada anterior, llevaba tiempo con ganas de escribir, pero no tenía
el suficiente como para pelear un rato con la tremendamente inútil
interfaz de blogger y sacar un diseño al blog que me gustase. Hasta
ayer.
Así que bueno, os voy a hablar de algo
que sucedió entre el 23 y 26 de noviembre...
#BCNTrip
La aventura comenzó demasiado temprano
el día 23. A las 04:00 H más o menos ya estábamos en pie, rumbo al
aeropuerto de Alicante, tras una hora de coche allí llegamos, al
'Altet'. Es interesante lo majestuoso que es el aeropuerto y lo
realmente vacío que está. Embarque y salida del avión, aerolinea
'Vueling', vuelo sin incidentes en un Boeing 737 y llegada antes de
lo previsto gracias al viento de cola. A destacar que mi compañera
de viaje Melani era la primera vez que montaba en avión y se lo pasó
como una niña con la sensación que producen estos bichos al
despegar...
Aterrizaje sobre las 08:00 H en BCN,
aeropuerto del Prat, este si que estaba lleno... (de asiáticos más
concretamente), tras un desayuno rápido en una conocida franquicia
de fastfood que empieza por 'M', tren de cercanías hacia la estación
de Sants, donde cogimos el metro hasta nuestra parada “Paral·lel”,
a escasos pasos de la parada teníamos nuestro primer hotel, el
“Coronado”, y se le puede llamar hotel porque lo pone en el
nombre, pero vamos, no es más que una simple pensión cutre y muy
mal insonorizada, pero por 30 € la noche no se puede pedir
demasiado más...
Tras dejar las cosas en el “hotel”,
iniciamos nuestra visita turística a la ciudad condal... En primer
lugar he de decir que el servicio de Metro me parece una maravilla,
muy puntual y con un precio, a mi parecer, muy asequible. En las
maquinas de autoventa compramos una 'T-10', que es un billete que
sirve para diez viajes y vale algo así como 9,20 € o por el
estilo, un precio muy razonable.
Nuestra primera parada fue mi querida
'calle Tallers', querida porque guardo un gran recuerdo de anteriores
visitas; en ella se sitúan tiendas 'frikis', en las que se pueden
comprar un montón de cosas que, por desgracia (o suerte para mi
cartera), no se pueden adquirir en tiendas de mis alrededores...
Siguiente parada (ya era la hora de
comer), “Hard Rock Café”, al llegar y pedir mesa nos dan un
'busca' que empezaría a vibrar cuando hubiese una mesa libre; en el
trascurso de los diez siguientes minutos que tardó el aparato en
vibrar, nos dedicamos a visitar el famoso local, en el que hay un
montón de artículos de decenas de músicos (traje de Shakira,
cazadora de Michael Jackson, diversos instrumentos de grupos, …).
Nos sentamos y pedimos, cada uno una hamburguesa con su guarnición
de patatas y una ensalada. Hamburguesas pedidas 'al punto' y que
estaban crudas por dentro, cosa que yo no considero 'al punto', pero
bueno. Por lo demás, muy ricas, la mía me recordó a la
'steakhouse' del Burguer King, pero bastante más cara...
Un paseo rápido por la rambla y de
nuevo al “hotel” a descansar unas horas.
Al despertarnos de una corta pero muy
placentera siesta fuimos al 'Museo de Cera'. Nunca había ido a
ninguno y la verdad es que la sensación me parece indescriptible.
Más allá de que las figuras estén mejor o peor conseguidas
referente a su original, que sensación tan siniestra se tiene con
todas esas figuras mirándote (cabe mencionar que estábamos
prácticamente solos), bueno, indescriptible como digo. Creo que iré
a visitar todos y cada uno de los museos de cera que hayan en las
ciudades a las que viaje.
El plato culinario fuerte del día (y
creo que también del viaje) fue nuestra visita al 'Vivaldi', un
restaurante italiano que apareció en el programa 'Pesadilla en la
cocina' del chef Alberto Chicote, cosa que unida a sus precios más o
menos populares (nos hicieron un 20 % de descuento) nos hizo
acercarnos a probarlo. Realmente la mejor pizza que he probado en mi
vida (y os puedo asegurar que han sido muchas), pedimos una carbonara
y una prosciutto y ambas fantásticas; de entrante pedimos unos
spaguetti a la boloñesa que estaban fantásticos también.
Al día siguiente nos levantamos
tranquilamente y pusimos rumbo a uno de los monumentos más famosos
de la ciudad, si no el que más...La Sagrada Familia. Me parece un
templo impresionante, y eso que no está terminado...Menuda maravilla
arquitectónica. Desde el momento en el que salimos del Metro y la
vimos quedamos completamente impresionados, no descubrimos su fachada
trasera hasta por la tarde (después te cuento eso). Lo dicho, un
monumento increíble.
Cogiendo el metro de nuevo fuimos hasta
el puerto, una zona preciosa. Allí nos aguardaba otra visita, el
cine Imax de Port Vell. Nunca habíamos probado un cine Imax. El 3D
está muchísimo más conseguido que en cualquier otro sistema, desde
luego, pero yo creo que la sala no pasa por su mejor momento, lo
único que podíamos ver era un documental de dinosaurios que fue
realmente tedioso, pero bueno, una experiencia más para sumar.
Tras comer en un
centro comercial que había en el puerto y pasear un rato por la
zona, nos enteramos de que Chris Kael, (*Hago un inciso = El motivo
principal del viaje era el concierto que el grupo 'Avenged Sevenfold'
daban en la ciudad el día siguiente.*) bajista del grupo telonero de
Avenged Sevenfold el día siguiente, estaba en la Sagrada Familia;
así que por si acaso el simpático Chris Kael estaba con los chicos
del grupo al que íbamos a ver pusimos rumbo de nuevo hacia allí.
Como suponíamos
que aun estaría en el interior, Melani cubrió la salida delantera y
yo la trasera, comunicados por supuesto a cada momento por whatsapp.
Cuando ya llevábamos unos quince minutos esperando, Melani me dice
de irnos ya que tampoco teníamos la certeza de que estuviese aún
dentro, pero yo la instigo a quedarnos unos minutos más. A los pocos
instantes de esto, yo, que estaba apoyado en una papelera, vuelvo mi
cabeza hacia la derecha y ahí me veo a dos de mis ídolos, Synyster
Gates y Zacky Vengeanze.
Claro, uno, que
lleva esperando este momento un montón de años, de repente se ve en
la situación y se pone nerviosísimo...
Intento
desbloquear mi móvil, fallo el código y no me deja intentarlo hasta
treinta segundos después, viendo que iban a pasar de largo los
abordo y chapurreando un malísimo inglés que me salió a causa del
nerviosismo que tenía, los saludo y les digo que aguarden un momento
a mi novia que está en la puerta delantera. Zacky me suelta: “hazte
la foto que nos tenemos que ir”, así que le doy mi réflex a
Michelle (mujer de Synyster) y me hace una foto con ambos. Yo más
contento que unas pascuas me despido de ellos con un fuerte apretón
de manos a ambos y corro en la búsqueda de Melani que ya venía a
toda prisa, corremos juntos esta vez hacia donde se habían ido y los
pillamos; de nuevo la simpática Michelle nos hace una foto a los
cuatro juntos. Synyster nos dice “encantado chicos, mañana nos
vemos en el concierto”. Melani y yo no podemos estar más felices y
nos fundimos en un abrazo delante de todas las personas que
aguardaban cola para entrar al templo, las cuales después nos
preguntaron que quiénes eran esos tipos... El mejor momento del
viaje, sin duda.
Tras pasar por
el “hotel” a cambiarnos, fuimos al Teatro Colliseum a ver “The
Hole”, un fantástico espectáculo de variedades que mezcla varios
tipos de acrobacias con música en directo y una historia hilarante.
Ya comentaré el espectáculo en otra entrada porque es para darle de
comer a parte, nos encantó.
Al salir fuimos
a cenar a un 'Pans & Company' que había en los alrededores y
paseamos un rato por la ciudad.
Ya la mañana
del lunes nos tocaba hacer check-out en el “Hotel Coronado”,
recogimos nuestras cosas y las dejamos en el cuarto para equipajes
que había, fatalmente vigilado por cierto. Pasamos el día visitando
algunos lugares más de la ciudad, haciendo algunas compras y ya por
la tarde recogemos nuestro equipaje y ponemos rumbo hacia Badalona,
donde iba a ser el concierto.
Hacemos check-in
en el hotel que habíamos cogido y tras descansar un poco caminamos
hacia el recinto del concierto.
Y respecto al
concierto ya hablaré...
Para concluir
con el viaje, el día siguiente volvimos en tren a nuestra ciudad.
(Menudo contraste; una hora que tardamos en avión frente a casi
siete en el tren...). Y colorín colorado, esta crónica de viaje ha
acabado. Sin duda será un viaje inolvidable, tanto por la compañía
como por los hechos que os he narrado. Un placer.